Hace muchos años que tuve el placer de conocer esta gran saga del mundo de los videojuegos, una de mis favoritas. Al poco de comprarme mi Playstation 1 me regalaron varios juegos y entre ellos estaba Oddworld: Abe's Exoddus. A pesar de ser el segundo título y no tener ni idea de que iba el primero, aunque algo pude ver gracias a un breve resumen que incluía el juego, salí encantada con el mismo. Luego le siguieron el Oddworld: Abe's Oddysee (gracias a mi primo) y muchos años después, Oddworld: Stranger's Wrath, dejándome el Oddworld: Munch's Oddysee por un bug que tengo en una secuencia de vídeo al poco de haberlo empezado.
Más allá de lo que pueda parecer, puzzles y un planteamiento bastante original, los juegos de Oddworld dan para mucho más que hablar. Y es de eso precisamente de lo que iré haciendo en distintas entradas. Ignoro si los creadores del juego lo han hecho a propósito, pero es que yo pondría estos títulos de ejemplo en las clases de los niños para enseñarles el por qué hay que valorar y cuidar el mundo en el que vivimos, junto con todos los seres que lo pueblan.